La voluntad de identificarse con el grupo, así como de autoafirmarse son los principales motivos que llevan a los más jóvenes a seguir probando las drogas. Así nos lo ha explicado Francisco Verdú, director del Máster de Formación Permanente en Prevención y Tratamiento de las Conductas Adictivas de la Universitat de València, con quien hemos hablado para conocer con más detalle la situación actual de las adicciones y la drogodepencia, así como las estrategias para su prevención y tratamiento. Aspectos que se abordan en este máster, que se imparte on line con los servicios de e-learning de la Fundación ADEIT.
¿Somos lo suficientemente conscientes del peligro de las drogas?
Actualmente, la sociedad tiene suficiente información sobre el peligro que suponen las sustancias adictivas, ya que tanto los medios como los programas informativos y las campañas están funcionando. Pero la sociedad es activa, cambiante y diversa. Los jóvenes de hace diez años no son los mismos que los de hoy en día. En este hecho se basan las tabacaleras, la industria del alcohol y ahora la del juego on line. Todas basan su actividad en incitar al consumo, hecho que contribuye a crear una población cautiva durante muchos años, que consume lo que pretende la industria. Muchos profesionales no tienen la formación necesaria para abordar este hecho ni están preparados para poder actuar con solvencia. Con este máster aprenderán a instruir sobre este problema, con especial atención en periodos como la adolescencia o la juventud.
¿Qué lleva a alguien a probarlas?
Muchas de las sustancias adictivas están expuestas en todos los lugares: medios, publicidad, colegios, universidades, barrios y casas. Su exposición o la relación del consumo entre iguales lleva a los jóvenes a fumar, a beber e incluso tomar fármacos. Además, la relación con otras sustancias como el cánnabis o la propia hoja de marihuana se contagia a través de los grupos de amistades e incluso de personajes referentes de la televisión, de la cultura y del arte.
¿Cuánto menor nivel económico o cultural, mayor consumo?
La relación del nivel económico y el consumo de sustancias es un hecho de estudio durante muchos años. Sin embargo, no se evidencia una clara correlación de las drogas con el nivel adquisitivo, económico o incluso cultural. Lo cierto es que a menos información más probabilidad o más riego de caer en las drogas. No obstante, no es un constructo único y unívoco, ya que la droga se ha llegado a utilizar como medio de financiación, como moneda de cambio o incluso como trabajo para sobrevivir.
Los estudios apuntan a que las edades en el inicio del consumo de drogas se han retrasado gracias a la inversión en información, programas de prevención y campañas
¿Los jóvenes son conscientes de lo que puede provocar un coma etílico o un consumo exceso de cannabis?
No, pero ni los jóvenes ni tampoco los adultos. La diferencia radica en que los jóvenes se adentran de una forma inconsciente y dirigida por otros, mientras que los adultos son más conscientes y en la mayoría de los casos actúan solos. Hoy en día, prácticamente ocurren las mismas intoxicaciones etílicas en puertas de urgencias entre el colectivo de 15 a 25 años que entre los de 50 a 65 años. También han comenzado a notificarse muchos casos por abuso de cannabis en las urgencias hospitalarias, fruto, sin duda alguna, del consumo exacerbado durante años de esta sustancia.
Cuando al alumnado de la ESO le ofrecen, en una discoteca y por primera vez, drogas como cristal, cocaína o algún tipo de pastillas, ¿tiene la información suficiente para decir no?
Las personas somos eminentemente sociales, pero debemos saber decir que no en un momento determinado. La mayor parte de la juventud está capacitada para hacerlo y cuenta con la información suficiente. Este efecto social se traduce en «como yo lo hago, tú también» o «como lo hacen ellos, nosotros también». Nadie por si sólo se genera daño; si realizan ese consumo significa que algo está fallando: no es suficiente que tengan solo información.
Si no bebo no me lo paso bien, ¿cómo hemos llegado hasta ese punto por parte de la juventud?
No deja de ser un tópico y sigue la línea de querer, por una parte, identificarse con el grupo y, por otra, autoafirmarse. Además, la prensa, la industria y la publicidad tampoco ayudan porque promueven que hay que beber para pasarlo bien. Intervienen muchos aspectos sociales y, por eso, es complicado abordar hacer frente a esta situación.
Las personas que no consumen aceptan el consumo de otros y quienes lo hacen lo que pretenden es seguir haciéndolo y ofrecen sustancias constantemente a quienes no. Por tanto, nos toca hablar de tolerancia, en algunos aspectos, y, en otros, de resignación
¿Cuentan las drogas con cierto grado de aceptación social?
La aceptación social es una idea que va en lo democrático; hasta las personas que no consumen aceptan el consumo de otros. Quienes consumen lo que pretenden es seguir haciéndolo y ofrecen sustancias constantemente a quienes no lo hacen. Por tanto, nos toca hablar de tolerancia, en algunos aspectos, y, en otros, de resignación.
Actualmente, la mayoría de las personas preguntan si pueden o no fumar en un determinado lugar, si molestan y son, cada vez menos, las que ofrecen un cigarrillo. El tabaco ha gozado siempre de una gran aceptación social hasta que se han evidenciado sus riesgos. Creo que lo mismo ocurrirá con el alcohol que, aunque se resiste, las normas lo marginarán igual que al tabaco.
¿Se empieza cada vez antes a consumir?
Los estudios apuntan a que las edades en el inicio del consumo de drogas se han retrasado gracias a la inversión en información, programas de prevención y campañas. Es cierto que esta medida está ligada a un intervalo de edad según las drogas que se trate, pero, en líneas generales, se va mantiene o se retrasa.