Inteligencia artificial, medicina de precisión, el valor de la empatía, también, en el ámbito sanitario. Son algunos de los términos que más se repitieron el pasado martes durante el diálogo que precedió al acto de entrega de los Premios Universidad-Sociedad del Consell Social de la Universitat de València. Unos premios que celebraron su edición 27 en la sede de la Fundación Universidad-Empresa ADEIT.
Dos perspectivas de la medicina se dieron la mano en estos diálogos, que tenían como lema «Medicina personalizada e inteligencia artificial en Medicina». De un lado, Ana Lluch; oncóloga e investigadora, especialista en cáncer de mama, catedrática de medicina y jefa del servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia. Al otro lado, Luis Martí Bonmatí: director del Área Clínica Imagen Médica en el Hospital Universitari i Politècnic La Fe y jefe del departamento de Radiología del Hospital QuirónSalud en Valencia. Este diálogo a dos estuvo moderado por otro referente del ámbito sanitario y universitario: Esteban Morcillo, ex rector de la Universitat de València y catedrático español de farmacología.
«En estos diez últimos años la medicina de precisión ha supuesto algo muy importante», afirmó la oncóloga Ana Lluch, ya que en la actualidad se trata a una persona diagnosticada de cáncer de modo individual, en base a las alternaciones biológicas que presenta y que son reconocibles gracias a la secuenciación. Según explicó la doctora Lluch, «nos permite tratar a cada persona en función de sus alternaciones biológicas que presentan las células».
En el ámbito de la inteligencia artificial como tecnología aliada a la medicina, el doctor Luis Martí Bonmatí afirmó que «hoy en día, casi todas las imágenes médicas se reconstruyen con inteligencia artificial: se toman con más rapidez y la imagen representa mucho mejor lo que subyace a la enfermedad». En este sentido, afirmó, que no solo los ordenadores y la inteligencia artificial ayudan a simplificar los procesos, sino que «la propia tecnología realiza observaciones que los equipos médicos no son capaces de hacer por la complejidad del proceso».
En este mismo sentido, el ex rector de la Universitat de València y catedrático de Farmacología, Esteban Morcillo, añadió que ya en los procesos de automatización en cribado de mamografía la inteligencia artificial realiza una detección con más solvencia que la doble lectura rutinaria de profesionales de la radiología.
Más allá de la importancia esta nueva tecnología y de sus implicaciones en el ámbito sanitario, la doctora Lluch puso el broche final a este debate poniendo el foco en la visión más humana de la medicina. En su intervención final quiso compartir los resultados de una encuesta reciente que, explicó con sorpresa, reflejan que «el 90% de los pacientes prefieren que un ordenador les transmita el resultado de una radiología». Más allá de estos resultados, la doctora afirmó que, desde su experiencia diaria con pacientes oncológicos «la inteligencia artificial no va a sustituir a la interpretación médica, va a ser complementaria. Hay que formar a los equipos médicos para que sean más empáticos porque el valor de la empatía nunca podrá ser sustituido por una máquina».