Niños y niñas palestinos, iraquíes, croatas, bosnios, afganos, sudaneses… y, ahora, ucranianos. Lamentablemente, la realidad ofrece un gran terreno para el análisis y diagnóstico de las secuelas que producen los efectos de la guerra en la infancia y las diversas estrategias de intervención. «En una primera fase, la intervención psicológica debe estar orientada a ayudar al niño o niña a exteriorizar pensamientos y sentimientos: ellos no siempre están disponibles para exteriorizar su mundo interior, y debemos ponernos a su nivel y encontrar recursos a través del juego, el dibujo, las historias incompletas que faciliten la expresión», apunta José Gil, codirector del Máster de Formación Permanente en Psicología y Psicoterapia de la Universitat de València.
«Lo que indican la mayoría de los estudios es que hay una influencia directa de la guerra en el desarrollo y bienestar de niños y jóvenes: tras el gran impacto que produce un conflicto bélico se genera un deterioro en el aprendizaje, en el comportamiento, en el lenguaje, aparecen trastornos psicosomáticos, pesadillas, predisposición al uso de drogas y conductas autodestructivas. Por lo que se requiere una adecuada intervención psicológica», señala Gil.
Es importante que el niño o la niña construyan un relato de sus experiencias, una correcta narración de lo que ha sucedido; que cuente, dramatice, proyecte o escriba su propia historia. La utilización de técnicas vivenciales y expresivas como el dibujo, las historias inacabadas, la poesía, la expresión corporal, el masaje o la relajación. Los juegos con animales, muñecas, soldaditos, títeres, donde proyecte su propia historia. José Gil.
Además, el codirector del Máster de Formación Permanente en Psicoterapia y Psicología Clínica pone el valor la importancia de la familia y la escuela como elementos fundamentales en la recuperación de los niños, niñas y adolescentes. En este sentido, subraya la importancia de que al menor le acompañe alguna figura familiar importante en su vida y de que no existan problemas de relación o abusos entre esta figura y el niño. «La División de Psicología Infantil y Educativa de la Sociedad Británica de Psicología ha publicado una guía para dar pautas y herramientas a los centros educativos para apoyar a niños y niñas refugiados, y ayudarles a sentirse seguros en el contexto escolar», señala Gil. La escuela es, también, en palabras del experto, muy importante en este proceso de intervención ya que ofrece un ambiente estructurado para la persona y ayuda a regular sus reacciones, y prioriza la comunicación y gestión de sus emociones al rendimiento académico, dada la particularidad y especial situación de su condición.
Estas cuestiones, relacionadas con las diversas estrategias de intervención, así como sobre la terapia cognitivo-conductual para el estrés, la ansiedad y la depresión, la intervención en contextos familiares o psicoterapia infanto-juvenil y familiar o las habilidades terapéuticas en psicoterapia se abordan en el Máster de Formación Permanente en Psicoterapia y Psicología Clínica: estrategias actuales de intervención de la Universitat de València, que este curso académico presentará su 27 edición.