¿Cómo ha aumentado la prevalencia en el diagnóstico del trastorno espectro autista los últimos años? ¿En qué medida el abordaje de la atención primaria es óptimo? ¿Cuál es la situación de los CDIATs (Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana)? Todas estas cuestiones fueron abordadas ayer en una jornada informativa de actualización en Atención Temprana de la mano del equipo que dirige el Máster de Formación Permanente en Desarrollo Infantil y Atención Temprana de la Universitat de València.
Fernando Mulas, neuropediatra y director del Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica (INVANEP); Cecilia Martínez Costa, catedrática del departament de Pediatria, Obstetrícia y Ginecología de la Universitat de València; María Gracia Millá, doctora en Psicología y pedagoga y Roberto Hernández Marco pediatra y profesor jubilado del departamento de Pediatría, Obstetricía y Ginecología de la Universitat de València.
Desde la dirección del postgrado se puso el foco en el análisis de la población de riesgo susceptible de recibir atención temprana así como en la importancia del diagnóstico temprano en afectaciones como el trastorno del especto autista (TEA), donde una valoración neuropediátrica estandarizada y una valoración neuropsicológica completa son esenciales e incluso determinantes para su evolución: «En el caso del diagnóstico del TEA, hay manifestaciones clínica desde en el primer año de vida en el 55% de los afectados y durante el segundo año en el 34%», apuntó el doctor Mulas.
Los problemas nutricionales y alimentarios en población susceptible de atención temprana también se trataron de forma específica dado que, tal y como señaló la doctora Martínez Costa, la ventana nutricional de los primeros 1000 días de vida (desde la concepción hasta los dos años) determinarán cuestiones tan importantes como el crecimiento, el desarrollo intelectual o el riesgo de enfermedades alérgicas, inflamatorias o autoinmunes. Actualmente en la Comunitat Valencia hay 64 centros especializados en atención temprana y según la Asociación Española de Pediatría se estima que un 10% de la población infantil -en torno a 250.000 niños de entre 0 y 6 años- necesitan recibir este tipo de atención. Ante una necesidad cada vez mayor, la formación de profesionales especializados resulta, pues, esencial.