Alimentos conservados con aditivos naturales, productos liofilizados, etiquetas inteligentes. Este es el futuro en el sector alimentario. Sin embargo, el paso más inmediato que se va a producir en la cadena alimentaria es la incorporación de insectos como fuente de proteína natural, según advierte Giuseppe Meca, director del Máster de Formación Permanente en Biotecnologías Agroalimentarias y profesor del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Ciencias de la Alimentación, Toxicología y Medicina Legal de la Universitat de València. El futuro ya no depende de nuevas tecnologías sino de nuevos ingredientes, por lo que el uso de insectos como fuente de proteína animal cada vez será más frecuente, asegura Meca.
La investigación en biotecnología, cuyo desarrollo es muy costoso económicamente según Meca, favorece que en un futuro existan animales capaces de resistir enfermedades como la gripe aviar
En cuanto a los animales, el experto explica que la biotecnología permite que sus características puedan mejorarse, de ahí que ya exista la ganadería transgénica. La investigación en este campo, cuyo desarrollo es muy costoso económicamente, en palabras de Meca, favorece que en un futuro existan animales capaces de resistir enfermedades como la gripe aviar. También será posible mejorar su perfil lipídico o provocar que crezcan más grandes y en menor tiempo.
En este sentido, el Máster Propio en Biotecnologías Agroalimentarias ofrece las herramientas necesarias para satisfacer unas necesidades globales de la industria alimentaria que responden a las exigencias de los consumidores. El alumnado aprenderá, entre otras cosas, cómo la biotecnología permite crear alimentos cuya durabilidad aumenta sin renunciar a su sabor ni a su calidad nutricional, explica el director del máster.
Además, entre otros temas, durante el máster se estudiará la comercialización de transgénicos y su etiquetado. Por una parte, en cuanto a su comercialización en la Unión Europea, el experto asegura que este tipo de alimentos se someten a continuas evaluaciones para garantizar que su consumo sea «complemente seguro». Asimismo, en relación a su etiquetado, la legislación europea obliga a incluir una indicación explícita de que el alimento está modificado genéticamente cuando su contenido modificado genéticamente sea superior al 0.9%.
Leche para intolerantes y vegetales antiplaguicidas, ¿posible?
En relación al futuro de los alimentos, como la creación de vegetales resistentes a un plaguicida o leche hipoalergénica, Meca asegura que, por una parte, la biotecnología sí permite el diseño de este tipo de alimentos siempre que no sean «especialmente tóxicos» para la salud humana. Sin embargo, el director del curso no se compromete cuando se habla de leche para intolerantes a la lactosa. «Se ha estudiado la posibilidad de usar vacas modificadas genéticamente para generar leche con proteínas humanas, pero este tipo de productos están muy lejos de ser una realidad en el mercado», concluye.
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Máster de Formación Permanente en Biotecnologías Agroalimentarias