Aunque el reconocimiento normativo de la mediación penal en España es muy tardío –hasta 2015 el Código Penal no lo reconoce como una vía para poder suspender la ejecución de penas de corta duración-, en el ámbito de la justicia juvenil sí que hay un reconocimiento normativo expreso a partir del año 2000 con la Ley del Menor. Esta medida de resolución de conflictos en justicia penal juvenil resuelve al año más del 14 por ciento de las actuaciones penales de los jóvenes.
Así lo explica la directora del Máster de Formación Permanente en Mediación Penal y Justicia Restaurativa de la Universitat de València, Mª Vicenta Cervelló, y el director del Experto en Medicación Penal en el Ámbito Comunitario, Juvenil y Penitenciario, Javier Guardiola. Los directores subrayan que la ventaja que tiene este tipo de mediación penal en el ámbito juvenil es que cuentan con un equipo técnico de profesionales que trabajan en cada caso en concreto. En particular, el procedimiento en menores tiene, como remarcan, una finalidad totalmente educativa, más que punitiva. «La mediación en actuaciones juveniles se presta mucho para que el menor reconozca, asuma y se pueda disculpar», comenta Cervelló.
Todavía queda mucho por hacer para formar en justicia restaurativa, como es la mediación penal, en nuestro país
Con la mediación penal todo el mundo gana
Cervelló y Guardiola explican que todavía queda mucho por hacer para formar en justicia restaurativa, como es la mediación penal, en nuestro país. No obstante, citan como experiencia muy positiva e interesante la que se comenzó hace unos años en el País Vasco con los delitos de terrorismo. «No se buscaba, a diferencia de lo que requiere la mediación, ningún tipo de beneficio para el agresor, sino solamente el diálogo, la reparación sentimental y afectiva de la víctima».
La mediación, de inicio, es complicada, remarcan los expertos. «La víctima está con su dolor y su daño. Y quien agrede está con su sentimiento de no culpabilidad. Ahí radica la verdadera labor de los mediadores: que donde vean que hay algún indicio de aproximar el diálogo, se medie sin intentar hacer más daño del existente». En líneas generales, la mediación es muy positiva para las dos partes, subrayan los directores. La víctima se siente reconfortada al sentir que se le escucha, se le repara y se le tiene en cuenta, mientras que a la persona que agrede, la mediación le puede beneficiar en la medida que por esta vía se puede atenuar su pena o proceder a la suspensión de la ejecución de la misma. «Con la mediación, todo el mundo gana», indican los directores.
En este sentido, Cervelló y Guardiola subrayan que uno de los requisitos básicos para que exista la mediación es que haya voluntad por las dos partes para participar en el proceso de mediación. Algo que parece básico, pero que es esencial, tiene que haber una ‘voluntad de’. «Todos los conflictos tienen una posibilidad de encauzarse con la mediación», explican.
Mediación en el ámbito penitenciario
Por lo que respecta al ámbito penitenciario se abren dos tipos de mediación posible: la mediación entre víctimas y agresores para resolver un conflicto que el sistema penal «ha parcheado, pero no resuelto» con penas de prisión prolongadas; y la mediación intra penitenciaria. En este universo de relaciones conflictivas que se producen dentro del ámbito de la prisión, la mediación, como indica el profesor del Departamento de Derecho Penal, Javier Guardiola, se ha revelado como un instrumento muy útil para evitar conflictos, pacificar la vida en prisión y facilitar la rehabilitación de los reclusos. «Los programas experimentales de mediación penitenciaria están haciendo una gran labor», subraya Guardiola.
Los programas experimentales de mediación penitenciaria están haciendo una gran labor
La normativa internacional ha ido muy por delante en programas de mediación y existen proyectos piloto en España desde el año 1993. Desde hace tres años, Valencia cuenta con un convenio que lista una serie de delitos en los que se puede aplicar la mediación penal.
El Máster de Formación Permanente en Mediación Penal y Justicia Restaurativa de la Universitat de València incluye la formación en mediación penal en sentido estricto, pero también en sentido amplio en el ámbito comunitario, policial, familiar, juvenil y penitenciario. El máster y título de postgrado de Experto en Medicación Penal en el Ámbito Comunitario, Juvenil y Penitenciario formarán para actuar en programas de mediación penal en juzgados, tribunales y centros penitenciarios, además de participar en la resolución alternativa de conflictos en el ámbito intercultural, comunitario, escolar y juvenil. Ambos títulos se imparten íntegramente on line con el apoyo de los servicios de E-learning de ADEIT.
Más información en:
Máster de Formación Permanente en Mediación Penal y Justicia Restaurativa